martes, 16 de mayo de 2006

Omnibus de Salta a Tucumán (via Durban)

Amanecí cansado pero sin dolor de cabeza, las cervezas que acompañaron a la cena de ayer no pasaron factura. De todas maneras cambié la hora del despertador varias veces sin valor para levantarme.

Recogí todo como pude, desayune, lave mi taza (según pedian en un cartelito en el hostel) y me fui. Para estar mas tranquilo por las maletas metí el coche en una 'playa' y me puse a pasear por Salta esta vez de día.

Salta es un lugar con cierta magia como me decian Mikel y Dani. Es muy vivible, buena temperatura, jardines, comercios, la catedral por ejemplo ya la quisieran para ellos los madrileños. Me fui al teleferico pero por desgracia estaban de mantenimiento, así que alargué mi paseo con una visita al museo antropológico, postal para Javi y señora, cola y pepito en la plaza. Una mañana relajadita, si no fuera porque sonó el móvil y mi jefe se descolgó con la oferta de 4 meses en Sudafrica (Durban). Le dije que no de mano, pero ya estuve todo el día pensativo.

Devolví el coche y me fui a la estación de 'omnibus'. Me esperaba mi transporte a Tucumán. Tanto Mikel como el vigilante de la 'playa' de esta mañana me habían advertido de lo peligroso de Tucumán. Feli en cambio me dice que lo unico peligroso de Tucumán es ella, y que es una santa. Tendré que creerla.

El autobús era de dos pisos. Comodos asientos. Espacio de sobra para las piernas. Comida en turista. Baños espaciosos y disponibles. Aprende Cosmen. El viaje se me fue pensando en Sudáfrica y me perdí el paisaje, lo poco que observé fue la llanura verde y en el horizonte las montañas, oscuras, como llenas de vegetación. Así, perdido en mis cosas, con la música, las películas y un sueñecito de vez en cuando llegamos a Tucumán.

Me subí en un taxi en menos de 10 minutos estabamos en el hotel Mediterraneo, 80$ la noche, es decir, 20 euros. Más que de 3 estrellas parecía de 2,5 pero la verdad es que por estos precios esta fenomeno ya que estaba situado a 50 metros de la catedral y la plaza mayor.

Salí corriendo del hotel para aprobechar los últimos mínutos de luz y para nada me pareció una ciudad peligrosa. Todo depende del barrio, como en todas partes. La iluminación nocturna de los edificios es una maravilla, realmente consigue realzarlos y darles un toque especial. La calle peatonal, Muñecas, llena de comercios y con más vida aún que Salta. Supongo que tendrá los inconvenientes de la gran ciudad, por eso los salteños la ven con cierta envidia.

Intenté probar las empanadas 'Campeonas' pero del lugar (al lado del hotel) ya sólo queda el nombre y terminé en una pizzeria en la plaza. Parecia recién abierta, enorme llena de niños haciendo ruido, sólo quería cenar y acostarme, mañana iba a ser un día duro. Y allí cené, mas acompañado y sólo que nunca en este viaje.

_alonindedarc_

No hay comentarios: