Por fin tenemos excursión el fin de semana, nos vamos a las cataratas del Iguazú.
Para ir ambientandonos, este medio día al ir a pagar a la agencia de viajes, nos hemos puesto como sopas con una de estas tormentas a la americana. Llovía a cubos oiga. Y claro, los tres vestidos como heladeros caniculares y con paraguas recién comprados en los chinos (el de JC ya paso a mejor vida en un sólo día).
Pero lo más curioso estaba por llegar. Aquí las agencias de viaje, no se porque, están como los dentistas en España, es decir, en la parte de vivienda de los edificios. La nuestra, en diagonal norte 1158 tercer piso.
Nos recibe la encargada y su colaborador y allí que nos sentamos. No llevabamos ni un minuto cuando se va la luz, entra este tipo en la habitación y nos dice que hay un incendio. Que salgamos por patas. Algo se quema en la cocina. El tipo nos dijo que era en la cocina de al lado. Que habia lo que el llamó 'llamas'.
La verdad es que olía a quemado levemente. La señora ni miro para atrás y nos invitó a abandonar el edificio rápidamente. Nosotros salimos con cara de no poder creerlo y con la idea en la cabeza de que menos mal que no habiamos pagado aún o aquello parecia como cuando los trileros ven a la policia.
Pues nada. Como una sopa. Sin comer y sin billetes. Resignados esperamos bajo la lluvia un taxi que no llegaba.
En estas, se acercan los encargados de la agencia al grito de ... !vengan .. vengan! ... !esta todo solucionado!
- 'Uff' se acerca el tipo resoplando ... 'era un cigarrillo en la papelera, !hay que ver lo que se puede armar por un cigarrillo!'.
!Pero era en su papelera! !En su agencia! !Y su cigarrillo!
Volvimos al local intentando dejar para luego lo de partirnos el culo de risa. Es de temer lo que se puede armar por un cigarrillo, ni te cuento si se lo das a una pareja como esta.
En próximas entregas ... Iguazú.
