domingo, 28 de diciembre de 2008

Porqué no me gusta el facebook

Quien dice feisbuk dice tuenti, tuiter, linquedin o cualquiera otra de las redes sociales que se han montado en internet y en la que nos venden que supuestamente debemos estar para ser modernos. Dicen también que esto es un poco como cuando aparece el móvil, había quien no lo quería y ahora todos tenemos.

Yo, por deformación profesional, creo que tengo cuenta en todas estas cosas que salen. Por jugar, y por ver de que va la cosa. Por estar al día y hablar con propiedad de lo que va saliendo. He jugado y he visto de que va la cosa. Y sigo pensando lo mismo que he pensado de internet desde sus orígenes, cuanto menos sepan de mi mejor.

Es imposible no introducir tus datos si compras algo, en tu banco, o si usas estos medios para buscar trabajo. Pero parémonos aquí, ya me ha costado asumir eso pero parece que no tenemos más remedio. El resto es puro exhibicionismo. Y por eso no tiene nada que ver con el móvil o con el teléfono, éramos y somos muchos los que no queremos estar en las páginas blancas y por la misma razón no queremos estar en directorios públicos de nada. El equivalente móvil de estas redes es llevar en el bolsillo una tarjeta de visita y dársela a cualquiera con el que podamos cruzar un par de frases. No quiero que mi móvil lo tenga quien yo no quiero y no quiero que mis datos estén expuestos a la mirada de quien no me apetece.

Por eso, y aunque use estas páginas, lo primero y nada más entrar en cualquiera es ajustar toda la seguridad al máximo. Nada de que los amigos de mis amigos vean mi perfil, lo ven mis amigos y punto. Tampoco nada de aplicaciones satélite que hurguen en mis datos y puedan usarlos para venderme algo. Lo segundo es labor mía nada de colgar cosas que comprometan mi intimidad ni la de nadie, por eso en las fotos que subo no sale nadie y por eso no escribo un microblog cada vez que cambio mis gustos sexuales.

El exceso de información también es otra pega de estos sistemas. No hay tiempo material para absorberlo todo, prefiero a un contacto que una vez al mes pega algo y da señales de vida que alguien que todos y cada uno de los días informa de su actividad intestinal.

Pero lo realmente preocupante no es todo esto, es que no sabemos en manos de quién están todos nuestros datos. De que clase de individuos que, despistados, pueden dejar un disco con miles de perfiles en un café o, avariciosos, pueden venderlos al mejor postor. De que clase de corporaciones que mañana pueden ser compradas por terceros que adquieren privilegios sobre los contenidos y que luego pueden usarlos para lo que les de la gana.

Incluso aunque estos datos no se ‘pierdan’, existen agregadores de contenidos que son capaces de hacer una búsqueda en todas las redes sociales para generar un contenido único sobre una persona. Por supuesto en base a información publica y publicada, pero pueden generar un perfil en base a fotos de picassa, datos de facebook y artículos de un blog. Eso todo es posible si ponemos las cosas fáciles y publicamos datos que faciliten los cruces (típicamente esto se hace a través de las direcciones de correo). Hay rumores de que en los departamentos de recursos humanos de muchas empresas está poniéndose de moda usar estas u otras aplicaciones para recopilar datos de un posible candidato, quien sabe si las compañías de seguros lo usarán también. Pueden saber si has estado enfermo de gravedad por un artículo o si te gusta saltar en paracaídas por una foto.

Si, es un sitio donde hay que estar, donde si no estas no eres nadie. No es cuestión de no publicar cosas o de no darlas a conocer, eso no es malo. Reduce las distancias y los tiempos, y si no lo tuviésemos habría que inventarlo. Pero si alguien sabe que esto lo he escrito yo es porque se lo he dicho en persona, así de sencillo.

Ya muchos estamos viejos para entender estas cosas, el móvil e internet nos costó un poco. Esto algo más. Pero es un error pensar que si es nuevo es intrínsecamente bueno. No le pongamos las cosas fáciles al gran hermano, que lo es aún con minúsculas, pero lo es.

_anónimo_

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay, ay, ay, iluso... el gran hermano no necesita a Facebook. Ya ha hecho su trabajo. ¿No pagas con tarjeta? ¿No tienes los puntos AVE? ¿No usas gmail, hotmail o yahoo...? ¿Dónde crees que hay más información? ¿Dónde crees que es más fácil saber quién forma parte de tu red, qué cosas te gustan...?

A mí facebook me divierte. Será porque soy cotilla

_pepino:_me_gusta_tu_firma_

Rajdo dijo...

:P, ya lo menciono en el texto. No puedo evitar lo que se ha vuelto imprescindible: bancos, demás compras por internet y búsqueda de empleo. Son las únicas excepciones que hago para dar mis datos.

No creas que no he pensado en ello, cada vez hago más compras en efectivo. Y no solo en los sex shops.

Pero por supuesto que en ningún otro sitio: google, hotmail, facebook o demás hay datos más reales o tan vagos que podría corresponder a cualquiera.

¿Tu cotilla? Nahhhh

_graciasporleerylodelafirma;)_

Dama dijo...

¿Te fijaste que no me gusta poner foto de mi cara sin camuflar?

No me fío de ninguno de estos sitios, es sencillisimo recabar información que no deseamos dar, dentro de lo posible, intento dificultarselo.

Besos
Dama